Visitar al médico no es grato para muchos, sin embargo más allá del temor de saber que te van a encontrar hay que enfocarse en los beneficios del diagnóstico temprano de las enfermedades con el fin de no ver mermada la calidad de vida al llegar a las edades avanzadas.
La medicina moderna
nos ofrece la posibilidad de efectuar el diagnóstico y tratamiento temprano de
una serie de enfermedades que en la
antigüedad eran capaces de acabar con la vida de muchas personas sin que los
médicos pudieran hacer nada por salvar la vida de los pacientes.
Las evaluaciones médicas con
carácter preventivo se encuentran especialmente indicadas en personas que
tienen antecedentes familiares de enfermedades con un claro factor genético o
hereditario como como la diabetes, la hipertensión arterial, los infartos
cardiacos y el cáncer, entre muchas otras.
A pesar de la tecnología
disponible aún no existe una máquina que nos diga todas las alteraciones que
tiene una persona, por lo que esta
evaluación debe sustentarse sobre varios estudios que permitirán tener una
visión global del estado de salud de un paciente, aunque se encuentre aparentemente
sano, que deben practicarse al menos una vez al año.
1.
Vigila tu presión arterial
La Hipertensión Arterial es una
enfermedad en la que aumenta la resistencia de las paredes de las arterias lo
cual hace que el corazón tenga que hacer un mayor esfuerzo para poder bombear
la sangre a través de ellas, esto lleva
al agrandamiento de una parte del corazón produciendo la hipertrofia
ventricular izquierda que en el futuro se convertirá en una cardiopatía.
A hipertensión es
conocida como la “enfermedad silenciosa” ya que muchas veces quien la padece no
lo sabe hasta que ocurre un evento catastrófico como un infarto cardiaco o un
accidente cerebrovascular. Determinar la presión arterial es algo muy sencillo
que toma unos pocos minutos y puedes hacerlo en prácticamente cualquier lugar.
En caso de que los valores estén elevados es importante hacer la toma dos veces
al día por una semana seguida para descartar que se trate de un evento
transitorio por factores emocionales, cansancio o estrés, si los valores
persisten elevados en varias tomas es necesario visitar al médico.
2. Monitorea tus valores sanguíneos
Algunas enfermedades tienen como
primera manifestación cambio en los valores de algunos estudios de laboratorio,
por tal razón es posible identificarlas en este tipo de estudios. Un perfil
general te puede ayudar a determinar los parámetros básicos como son la hematología
en la que se puede determinar tu nivel de hemoglobina que suele estar baja en enfermedades
como la anemias, los niveles de glóbulos blancos que son tus defensas y las plaquetas
que son las células encargadas de reparar el daño a los tejidos y detener las
hemorragias.
Otra parte del perfil
es la química que muestra valores de glicemia o azúcar en la sangre que están elevados
en los diabéticos, también nos indica los niveles de grasas como el colesterol y los triglicéridos, la función de
los riñones con la urea y la creatinina y la función del hígado reflejada en
las transaminasas y bilirrubina. Otros estudios que lo complementan con el
examen de orina y heces para descartar problemas funcionales del riñón e
infecciones urinarias o digestivas.
3.
Si eres mujer acude a tu chequeo
ginecológico
Las mujeres deberían
acudir al ginecólogo desde el desarrollo o al menos antes de dar inicio a la
actividad sexual, el control ginecológico permite evaluar el estado de
fertilidad, implementar actividades de planificación familiar y anticoncepción.
A partir de los 30 a 40 años el enfoque va más dirigido a hacer el diagnóstico
temprano del cáncer ginecológico (mama, cuello uterino, ovario y endometrio) y
de infecciones como el VPH que son capaces de producir cáncer de cuello
uterino.
4.
Si eres hombre debes acudir al urólogo
El hombre a partir
de los cuarenta años puede comenzar a presentar síntomas relacionados con la
erección o trastornos urinarios producto del aumento del tamaño de la próstata,
estos últimos se caracterizan por disminución de calibre del chorro urinario,
bifurcación de chorro o la necesidad de pujar para poder orinar, en casos
severos puede ocurrir la retención de orina por la imposibilidad de orinar
cuando la próstata comprime completamente a la uretra.
En la actualidad se disponen de
exámenes de sangre que permiten detectar los niveles de antígenos prostático,
sustancia que se relaciona con el crecimiento de la próstata y el cáncer
prostático, sin embargo estos exámenes deben ser un complemento y no un
sustituto del examen practicado por el médico urólogo.
5.
Acude a un chequeo con un médico de familia
o un médico internista
El chequeo médico
anual es la mejor estrategia preventiva que tenemos a la disposición. Una buena
historia clínica en la que se recoge toda la información relacionada con los
síntomas del paciente, sus antecedentes, los hallazgos al examinarlo, que
incluyen la presión arterial, peso y talla para calcular el índice de masa
corporal, al igual que los resultados de los estudios complementarios
practicados son la manera de llegar a un diagnóstico correcto.
El medico en su evaluación podrá
determinar, según sus hallazgos o sospechas, otros estudios que amerite
practicarse la persona como un electrocardiograma o un estudio de imagen como
el ultrasonido, radiología o estudios más complejos o, si por el contrario, no
hay necesidad de solicitar nuevos estudios o la evaluación por parte de otro
especialista. Igualmente podrá realizar una serie de recomendaciones para que
puedas mantenerte saludable.
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