Con solo oír la palabra Lumbago muchos de nosotros nos llevamos la mano a la espalda ya que es un mal al que nadie puede escapar. Aquí te explicamos de que se trata, que debes hacer si lo padeces y que puedes hacer para prevenirlo.
El lumbago es la enfermedad más frecuente, todas las personas lo van a padecer en algún momento de sus vidas y probablemente hará que pierdan algunos días de trabajo por reposos médico.
Se trata de un dolor agudo localizado
en la región lumbar que se inicia súbitamente tras un esfuerzo, se trata de un dolor repentino que hace que la persona quede “doblada” y no pueda
moverse, se debe al espasmo de los músculos de la espalda que buscan
inmovilizar la columna para que cese el movimiento y evitar así el desarrollo
de una lesión mayor. Se relaciona con llevar a cabo esfuerzos con el tronco en flexión, especialmente al
inclinarse para levantar un objeto pesado o al rotar
el tronco durante el traslado de una carga.
El lumbago se caracteriza por un dolor
opresivo de muy fuerte intensidad acompañado por una gran contractura muscular
que restringe el movimiento, muchas veces quien lo padece refiere además molestias que irradian hacia una o ambas piernas y le dificultan para caminar por lo que llega a requerir ayuda para desplazarse hacia una silla o una cama.
Qué hacer ante un Lumbago
La magnitud del dolor y la limitación para el movimiento hace que quien lo padezca busque ayuda, esta condición debe ser tratada
de forma inmediata.
Luego de una evaluación médica y tras descartar lesiones serias como una fractura, el esquema de tratamiento más utilizado es la combinación
de analgésicos antiinflamatorios con relajantes musculares principalmente por vía
intramuscular, esto debe ir acompañado por la colocación de calor húmedo local
por unos 10 a 15 minutos varias veces al día.
El paciente debe además tener reposo, para ello se recomienda permanecer acostado de medio lado en posición fetal con una almohada entre las rodillas, o
bien boca arriba con una almohada bajo la cabeza y otra bajo las rodillas de
forma que estas últimas queden levemente flexionadas para relajar así la región
lumbar, nunca es recomendable dormir o acostarse boca abajo. El reposo absoluto debe evitarse
ya que es contraproducente y contribuye a un retraso en la recuperación, es
necesario que el paciente lleve a cabo movimientos en su hogar y practique
estiramientos suaves, muchas veces es necesaria la fisioterapia.
La medida preventiva más eficaz
para evitar que un lumbago se presente nuevamente es evitar inclinarse hacia
adelante para cargar un peso, esto no debe hacerse nunca, la forma correcta de
hacerlo es agacharse flexionando las rodillas y manteniendo la columna recta,
se toma la carga abrazándola contra el pecho y posteriormente debe levantarse
cuidando siempre de mantener su columna erguida, cuando sea necesario es preferible buscar ayuda y trasladar la carga entre dos personas.
Si el dolor persiste es necesario
acudir a un especialista ya que muchas veces el lumbago puede deberse a la
herniación de un disco intervertebral producto del esfuerzo, para poder diagnosticar esta condición se practican estudios de imagen como la resonancia magnética. En algunos pacientes en necesario iniciar un programa de fisioterapia para disminuir la contractura muscular, aliviar el dolor y fortalecer la musculatura lumbar para prevenir la aparición de una nueva crisis.
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