Sindrome miofascial


El dolor muscular puede presentarse tras esfuerzos o traumatismos, resolviéndose al cabo de pocos días con medidas como el reposo, analgésicos y suspender la actividad desencadenante.  En algunos pacientes este dolor se perpetúa en el tiempo llegando incluso a afectar su vida diaria, si usted se identifica con esta situación probablemente este padeciendo un Sindrome Miofascial.


El síndrome miofascial es un trastorno muscular en el que hay tensión y dolor en uno o mas músculos, incluso en una región completa como la región cervical, lumbar o el cuello con limitación para la movilización por la importante contractura que acompaña al dolor.  Lo característico es que es posible palpar nudos y bandas en la masa muscular con la característica muy particular de que al hacer presión en ellos el dolor no se queda solo en el punto sino que corre o irradia a un sitio distante.

Es muy común que al presionar sobre el musculo trapecio en la parte alta de la espalda el dolor "corra" hacia la base del cuello o hacia los hombros, en el caso de nudos en el cuello es posible que estos corran hacia la espalda pudiendo incluso llegar a la región lumbar o bien se irradien hacia la parte alta del cráneo y la frente.

Este nudo, conocido como punto gatillo, suele encontrarse dentro de una banda de mayor consistencia que corresponde a un área de contracción anormal de la fibra muscular lo que además de producir dolor es el responsable de la limitación para la movilización a ese nivel.

En el sindrome miofascial también es característico encontrar trastornos asociados como el cansancio y el insomnio que agravan aun más la situación llevando al paciente a un estado de ansiedad y depresión.

La importancia de identificar correctamente esta enfermedad es que de no ser tratada adecuadamente puede volverse crónica, lo cual resulta incapacitante para quien la padece.

¿Cuál es su causa?


Este trastorno es producido por los esfuerzos al mantener posturas inadecuadas por largos periodos de tiempo, movimientos bruscos, microtraumatismos, falta de actividad física, déficit de algunas vitaminas e incluso pueden presentarse a consecuencia de situaciones como el insomnio, de hecho en nuestra experiencia un paciente con dolor muscular por esta u otra causa que no duerme bien no logrará su alivio completo hasta que primero no se le corrija el trastorno del sueño.

Todas estas condiciones serán capaces de alterar la liberación y eliminación de un neurotransmisor encargado de regular la actividad muscular conocido como Acetilcolina cuyas concentraciones se encuentran aumentadas en la unión neuromuscular de estos pacientes, esta sustancia afecta el flujo sanguíneo local disminuyendo el aporte de oxigeno y sustancias necesarias para la relajación muscular lo que produce una falta de energía y debilidad a ese nivel, igualmente la alteración de este neurotransmisor desencadena la producción de sustancias inflamatorias capaces de activar receptores del dolor produciendo la señal dolorosa.

¿Cómo se diagnostica?


El diagnostico de esta condición es eminentemente clínico, ya que no produce ninguna alteración ni en los estudios de laboratorio ni en las imágenes como radiografías y resonancias.  Es importante diferenciarlo de enfermedades que se acompañan por síntomas similares como es el caso de la Fibromialgia, de hecho hoy en día muchos síndromes miofasciales son diagnosticados como formas localizadas de Fibromialgia erróneamente.




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