Fibromialgia, insomnio y alteraciones del ánimo


La Fibromialgia es un problema de salud crónico muy común caracterizada por dolor y sensibilidad generalizada en articulaciones y músculos.  Fue reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud en el año 1992. 

Dentro de sus criterios, el dolor generalizado debe estar presente durante al menos 3 meses en los 4 cuadrantes del cuerpo (lados derecho e izquierdo del cuerpo, y por arriba y por debajo de la cintura), además de dolor en el esqueleto axial (columna cervical o tórax anterior o columna dorsal o lumbar). El dolor debe referirse a la presión digital de al menos 11 de los 18 puntos sensibles establecidos y conocidos por el médico.

Se desconoce la causa de la fibromialgia, pero se cree que se debe a una función anormal del sistema nervioso central, que origina una “amplificación” de las señales normales de dolor. De tal manera, los estímulos que no causarían dolor en la mayoría de las personas, provocan dolor en las que tienen fibromialgia (ver artículo A que se debe el dolor de la Fibromialgia)

El dolor y la sensibilidad tienden a ser episódicos (crisis de dolor) y generalizados. Con frecuencia, quienes padecen de fibromialgia presentan dificultades para dormir y al despertar se sienten fatigados, con disminución de concentración, memoria, y alteración del ánimo. 

A veces, el cansancio es un problema mucho más grave que el mismo dolor. Los individuos con fibromialgia pueden presentar dificultades al concentrarse o al realizar tareas mentales sencillas. Estos problemas aparecen y desaparecen y a menudo son más marcados en momentos de agotamiento o ansiedad extremos. Todo esto influye de manera negativa en su rutina diaria, siendo catalogados erróneamente como perezosos y poco productivos.

En la fibromialgia se ha reportado una prevalencia de depresión significativamente mayor que en el resto de la población general; casi un 70% de los pacientes diagnosticados con fibromialgia presentan algún grado de depresión; 30% padecen depresión y/o ansiedad, además de trastornos del sueño que ameritan medicación en algún momento de su evolución, pues de no hacerlo agravan y cronifican su curso de la enfermedad. 


La ansiedad es una respuesta patológica del temor que se puede sentir ante ciertas situaciones de la vida cotidiana en forma de estrés, como una sensación de malestar e inquietud que se generaliza a su actividad diaria y que empeora la condición dolorosa. La depresión es un estado de ánimo negativo, que hace que el paciente pierda la capacidad y el deseo de enfrentarse ante cualquier situación y ante la vida cotidiana, por lo que empeora de una forma intensa su condición dolorosa.

Cuando se interrumpe la fase del sueño, denominada “sueño profundo”, se alteran ciertas funciones del organismo humano, como lo la producción de las hormonas necesarias para restaurar el tejido muscular, y los niveles de sustancias que controlan la manera en la que una persona percibe el dolor. 

Está claro que los problemas del sueño pueden empeorar los síntomas de la fibromialgia y el mejoramiento de éste es una parte integral para controlarla. 



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