Vacacionar con Dolor crónico




Si en estas vacaciones vas a realizar un viaje y te preocupan los cambios en tu rutina y cómo pueda afectarte si sufres de dolor crónico, ya sea por tener que estar sentado durante largos períodos, la posibilidad de no tener suficiente descanso, o incluso el tipo de colchón que te tocará en el lugar donde te alojes. ¡No pierdas la calma! Hoy te compartimos algunos consejos que te ayudarán.

Viajar implica siempre tener que preparase, planificar que llevar según lo que se vaya a hacer, lo que siempre se relaciona con ejecutar algún tipo de esfuerzo, bien sea para preparar el equipaje o para hacer el trayecto en sí.

Muchas veces quienes regresan de un asueto manifiestan que "necesitan vacaciones para descansar de las vacaciones" precisamente por el esfuerzo físico que se asocia con este tipo de viajes. Esto es particularmente cierto cuando ya existe alguna dolencia o condición que ocasiona dolor o algún tipo de limitación física.

Recomendaciones para que el dolor no sea el protagonista en tus vacaciones

Te dejamos algunos consejos que harán tu viaje y estadía más placenteros.

Planifica para sentir placer.  Revisa con detenimiento los folletos de viaje y decide qué experiencias de las que te ofrecen podrías disfrutar más. Evalúa bien temas como los horarios (si sufres de artritis te sera difícil estar 100% activo a primera hora de la mañana por lo que te viene mejor una agenda que se inicie  a media mañana), el menú (algunos alimentos pueden agravar tu dolor, en especial si sufres de artritis por ácido úrico, colon irritable o diabetes).

Consulta a tu especialista. Es bueno revisar nuestro estado de salud antes de salir de viaje. Algunos pacientes pueden optar por recibir sesiones de masajes terapéuticos, aplicación de terapia neural, oligoelementos, ozonoterapia, entre otros; para poder disfrutar con las pilas recargadas.


Evita cargar objetos si debes hacerlo procura que sea de forma adecuada.  Si no tienes ninguna opción en el manejo de equipaje pesado recuerda lo siguiente: Siempre flexione las rodillas y nunca doble la espalda; utilice los músculos de las piernas en lugar de músculos de la espalda a la elevación; lleve los objetos pesados lo más cerca del cuerpo como sea posible; para los bolsos de hombro, puede cambiar de lado con frecuencia, para así evitar el estrés de un lado de la parte posterior. 

Cuida tus pies. Los pies están hechos para caminar, así que cuídalos bien: Los pies doloridos e inflamados le van a quitar toda la alegría a tu viaje. Al final del día mima tus pies remojándolos, masajeándolos y perfumándolos. Relájate, y dale también a tus pies un descanso.

Preparate para dormir con comodidad. Podrías llevar una almohadilla de goma espuma, o una colchoneta inflable para suavizar un colchón que no te resulte muy cómodo. También podrías llevar una almohada pequeña o un almohadón, y un trozo de tela acolchada que te puedas acomodar y usar para darle soporte a tu espalda.

Viaja con poco equipaje. El manejo de bolsas pesadas puede causar o agravar el dolor de espalda por los músculos tensos y articulaciones. Prepara tu maleta con conciencia y procura llevar lo que realmente vas a utilizar, prefiere piezas de ropa de colores neutros combinables entre si, zapatos livianos y evita los accesorios innecesarios.

Lleva suficientes medicamentos.  Lleva contigo los medicamentos que debes usar de forma continua, pero también aquellos que te han sido recetados por eventualidades como un dolor de nueva aparición.  Es importante viajar con medicamentos que te ayuden con trastornos digestivos como la acidez estomacal, mala digestión, diarrea o estreñimiento que son muy frecuentes al comer fuera de casa.  Es muy recomendable llevar los medicamentos habituales para una cantidad de días mayor a la que durará el viaje, de esta manera si ocurre algún imprevisto y se retrasa el regreso podrás seguir tu tratamiento.

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