El Dolor es para muchos una sensación molesta y desagradable, sin embargo, su finalidad es proteger a quien lo padece de sufrir un daño cuando ocurre un traumatismo o alguna situación que pueda lesionar al organismo.
El dolor como factor protector se pone en evidencia en los raros casos de una enfermedad rara que se conoce como Insensibilidad Congénita al Dolor, en este trastorno se producen mutaciones de algunos genes que traen como consecuencia que quien la padece no puede sentir dolor, aunque su sensibilidad al tacto, al frío y al calor se encuentran intactos. Esta enfermedad se asocia con un gran riesgo de sufrir traumatismos o lesiones graves como quemaduras o amputaciones y suele causar la muerte en edades jóvenes.
Esto pone en evidencia que el dolor es un aviso que de algo no está bien y prepara al organismo para la huida o la retirada, como es el caso del dolor agudo. Sin embargo, el dolor puede persistir aunque la causa que lo originó haya desaparecido convirtiéndose en lo que se conoce como Dolor Crónico.
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