Cuidado con los analgésicos




Los analgésicos son quizá los medicamentos más ampliamente utilizados, su uso común hace pensar que son medicamentos seguros y carentes de efectos adversos secundarios por lo que un gran número de personas se automedican con ellos. Esto dista mucho de la realidad, además de los conocidos efectos adversos gastrointestinales como es el caso de la gastritis, estos medicamentos conllevan una serie de riesgos cardiovasculares por lo que deberíamos poner una lupa a su uso indiscriminado.


Los analgésicos son medicamentos empleados para el alivio del dolor, estos pertenecen a varios grupos farmacológicos existiendo medicamentos que son analgesicos puros como es el caso del Acetaminofen y la Dipirona, y los analgésicos antiinflamatorios, llamados AINEs, como es el caso del Ibuprofeno, Diclofenac, Ketoprofeno y Meloxicam entre muchos otros. Existe además otro grupo de analgésicos llamados opiodes, estos son medicamentos potentes relacionados con la morfina, su acceso es restringido y se suministra en cantidades exactas bajo estricta prescripción medica por lo que la automedicación con ellos no es posible.

Los analgésicos puros son medicamentos más seguros que los antiinflamatorios, incluso la gran mayoría de las personas alérgicas a los AINEs los toleran bien, llegando a constituir la única herramienta para aliviar este síntoma.  Medicamentos como el Acetaminofen no producen molestias gástricas ni afectan la sangre, sin embargo su uso prolongado y en altas dosis es capaz de producir daño hepático.

Los AINEs son medicamentos capaces de afectar la producción de unas sustancias llamadas prostaglandinas que tienen un efecto protector en la mucosa gástrica, al interferir con estas sustancias los AINEs son capaces de producir trastornos como las gastritis que de persistir en el tiempo puede ocasionar ulceras gástricas que a su vez pueden erosionar vasos sanguíneos produciendo hemorragias capaces de poner en riesgo la vida del paciente.

Otro efecto secundario de los AINEs es su capacidad de afectar la actividad de las plaquetas, estas son células sanguíneas que actúan reparando el daño en los vasos sanguíneos y activando el proceso de coagulación de la sangre, por esta razón estos medicamentos son capaces de producir hemorragias nasales, sangrado en las encías y aumentan la tendencia a la aparición de moretones en la piel aún sin traumatismos. 

Este efecto sobre las plaquetas de los AINEs explica porque no deben ser usados en personas con enfermedades infecciosas por virus tipo Dengue, ya que este virus disminuye el número de plaquetas de forma importante y el uso de AINEs en esta enfermedad hace que las plaquetas existentes sean además ineficientes por lo que ocurren hemorragias que pueden comprometer la vida.

Un tercer efecto de estos medicamentos es su  capacidad de producir alergias, estas se manifiestan con hinchazón en los ojos o la boca, erupción y picazón en el cuerpo, existe un cuadro alérgico que ocurre a nivel del riñón conocido como nefritis intersticial; ante una reacción alérgica debe suspenderse inmediatamente el medicamento y acudir a un centro de salud.

Recomendaciones para hacer un mejor uso de los analgésicos


Queremos compartir con ustedes 7 consejos que les permitirán hacer un mejor uso de los analgésicos





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