¿Existe relación entre el dolor articular y la ingesta de bebidas alcohólicas?




Las bebidas alcohólicas, especialmente el vino, gozan de buena reputación por sus bien conocidos efectos protectores sobre el corazón y las arterias, sin embargo con los músculos y articulaciones no sucede lo mismo.



El consumo de bebidas alcohólicas es un tema que tiene sus defensores y sus detractores, son bien conocidos los efectos de la ingesta moderada de bebidas como el vino para el corazón por su capacidad de influir sobre los niveles de colesterol, uno de los principales involucrados en la génesis de enfermedades como la arterioesclerosis, produciendo una disminución de LDL-Colesterol mejor conocido como colesterol malo y aumentando los niveles del HDL-Colesterol o colesterol bueno; además de esto se logra un efecto antiagregante plaquetario similar al obtenido con el uso de medicamentos como la aspirina lo que contribuye a disminuir el riesgo de formar  trombos  o  coágulos  sanguíneos dentro  de las arterias que son la causa de los infartos.

Uno de los puntos a favor de la ingesta de alcohol se relaciona con el hecho de que el vino es un elemento característico de la dieta mediterránea cuyas bondades frente a otros tipos de alimentación son indiscutibles. Sus efectos benéficos se deben a su contenido en polifenoles, sustancias con un alto poder antioxidante.

Un aspecto importante a considerar en materia de las bondades del alcohol para la salud es el de las cantidades ingeridas ya que se ha visto que el efecto protector se obtiene con dosis bajas a moderadas, sien embargo cuando la ingesta se torna excesiva no solo se pierde este efecto protector sino que el alcohol ha demostrado tener la capacidad de elevar la presión arterial y afectar la contractilidad del corazón por afectación del músculo cardíaco.

Pasando a otro terreno, y desde el punto de vista reumático, pareciera que los efectos son más bien contrarios, el alcohol es capaz de afectar la eliminación de una sustancia conocida como ácido úrico la cual se acumula en la sangre y es capaz de cristalizarse en las articulaciones dando así origen a una enfermedad conocida como Gota.

Esta forma de artritis se presenta como crisis tras la ingesta de alcohol, especialmente si consumen conjuntamente carnes rojas o mariscos.  Su manifestación más característica es la aparición de un dolor súbito de muy fuerte intensidad que afecta inicialmente a una sola articulación, típicamente a nivel del Hallux o dedo gordo del pie, le sigue en frecuencia el tobillo, en los que el dolor se acompaña por enrojecimiento y aumento de la temperatura local con mucha molestia al mas mínimo roce o movimiento.

 Otro tipo de artritis en donde esta contraindicado el consumo de alcohol es tras los cuadros de artritis o dolor articular que aparecen en el contexto de infecciones virales como el Dengue y el Chikungunya.  En nuestro medio hemos visto recientemente un gran aumento de casos de la Fiebre por Chikungunya que es capaz de producir una inflamación importante de las articulaciones que puede incluso durar meses o años una vez pasada la fase aguda de la enfermedad.

En estos casos la restricción del alcohol se recomienda ya que los virus originan casi siempre cierto grado de inflamación del hígado, lo cual lo hace más vulnerable a los efectos tóxicos del alcohol lo que finalmente afectara al sistema de defensas haciendo que la recuperación sea mucho más lenta y que puedan aparecer complicaciones atribuibles al daño hepático.

A manera de conclusión o recomendación general puede decirse que el consumo de alcohol en pequeñas a moderadas cantidades es recomendable ya que es capaz de proteger al aparato cardiovascular, sin embargo debe evitarse en aquellas personas que tengan niveles elevados de ácido úrico, que sufran de Gota o que estén pasando por cuadros virales o los hayan tenido recientemente.




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