5 chequeos que deberás practicarte anualmente a partir de los 40 años




Visitar al médico no es grato para muchos, sin embargo más allá del temor de saber que te van a encontrar hay que enfocarse en los beneficios del diagnóstico temprano de las enfermedades con el fin de no ver mermada la calidad de vida al llegar a las edades avanzadas. 

La medicina moderna nos ofrece la posibilidad de efectuar el diagnóstico y tratamiento temprano de una serie de  enfermedades que en la antigüedad eran capaces de acabar con la vida de muchas personas sin que los médicos pudieran hacer nada por salvar la vida de los pacientes.

Esta identificación temprana es producto de un mayor énfasis en las actividades preventivas y de promoción de la salud que hacen que en una persona aparentemente sana puedan hacerse diagnósticos de condiciones que están comenzando. Esto está perfectamente justificado ya que la gran mayoría de las enfermedades cursan en sus fases iniciales sin ningún tipo de molestia o síntoma, apareciendo estos cuando se han producido lesiones o cambios en los órganos y tejidos que afectan su normal funcionamiento lo cual es el origen de muchas de las manifestaciones que hacen que los pacientes decidan consultar al médico.

Las evaluaciones médicas con carácter preventivo se encuentran especialmente indicadas en personas que tienen antecedentes familiares de enfermedades con un claro factor genético o hereditario como como la diabetes, la hipertensión arterial, los infartos cardiacos y el cáncer, entre muchas otras.

A pesar de la tecnología disponible aún no existe una máquina que nos diga todas las alteraciones que tiene una persona, por lo que  esta evaluación debe sustentarse sobre varios estudios que permitirán tener una visión global del estado de salud de un paciente, aunque se encuentre aparentemente sano, que deben practicarse al menos una vez al año.

1.       Vigila tu presión arterial


La Hipertensión Arterial es una enfermedad en la que aumenta la resistencia de las paredes de las arterias lo cual hace que el corazón tenga que hacer un mayor esfuerzo para poder bombear la sangre  a través de ellas, esto lleva al agrandamiento de una parte del corazón produciendo la hipertrofia ventricular izquierda que en el futuro se convertirá en una cardiopatía.

A hipertensión es conocida como la “enfermedad silenciosa” ya que muchas veces quien la padece no lo sabe hasta que ocurre un evento catastrófico como un infarto cardiaco o un accidente cerebrovascular. Determinar la presión arterial es algo muy sencillo que toma unos pocos minutos y puedes hacerlo en prácticamente cualquier lugar. En caso de que los valores estén elevados es importante hacer la toma dos veces al día por una semana seguida para descartar que se trate de un evento transitorio por factores emocionales, cansancio o estrés, si los valores persisten elevados en varias tomas es necesario visitar al médico.


2.      Monitorea tus valores sanguíneos


Algunas enfermedades tienen como primera manifestación cambio en los valores de algunos estudios de laboratorio, por tal razón es posible identificarlas en este tipo de estudios. Un perfil general te puede ayudar a determinar los parámetros básicos como son la hematología en la que se puede determinar tu nivel de hemoglobina que suele estar baja en enfermedades como la anemias, los niveles de glóbulos blancos que son tus defensas y las plaquetas que son las células encargadas de reparar el daño a los tejidos y detener las hemorragias.

Otra parte del perfil es la química que muestra valores de glicemia o azúcar en la sangre que están elevados en los diabéticos, también nos indica los niveles de grasas como el  colesterol y los triglicéridos, la función de los riñones con la urea y la creatinina y la función del hígado reflejada en las transaminasas y bilirrubina. Otros estudios que lo complementan con el examen de orina y heces para descartar problemas funcionales del riñón e infecciones urinarias o digestivas.


3.       Si eres mujer acude a tu chequeo ginecológico


Las mujeres deberían acudir al ginecólogo desde el desarrollo o al menos antes de dar inicio a la actividad sexual, el control ginecológico permite evaluar el estado de fertilidad, implementar actividades de planificación familiar y anticoncepción. A partir de los 30 a 40 años el enfoque va más dirigido a hacer el diagnóstico temprano del cáncer ginecológico (mama, cuello uterino, ovario y endometrio) y de infecciones como el VPH que son capaces de producir cáncer de cuello uterino.


4.       Si eres hombre debes acudir al urólogo


El hombre a partir de los cuarenta años puede comenzar a presentar síntomas relacionados con la erección o trastornos urinarios producto del aumento del tamaño de la próstata, estos últimos se caracterizan por disminución de calibre del chorro urinario, bifurcación de chorro o la necesidad de pujar para poder orinar, en casos severos puede ocurrir la retención de orina por la imposibilidad de orinar cuando la próstata comprime completamente a la uretra. 

En la actualidad se disponen de exámenes de sangre que permiten detectar los niveles de antígenos prostático, sustancia que se relaciona con el crecimiento de la próstata y el cáncer prostático, sin embargo estos exámenes deben ser un complemento y no un sustituto del examen practicado por el médico urólogo.


5.       Acude a un chequeo con un médico de familia o un médico internista


El chequeo médico anual es la mejor estrategia preventiva que tenemos a la disposición. Una buena historia clínica en la que se recoge toda la información relacionada con los síntomas del paciente, sus antecedentes, los hallazgos al examinarlo, que incluyen la presión arterial, peso y talla para calcular el índice de masa corporal, al igual que los resultados de los estudios complementarios practicados son la manera de llegar a un diagnóstico correcto.

El medico en su evaluación podrá determinar, según sus hallazgos o sospechas, otros estudios que amerite practicarse la persona como un electrocardiograma o un estudio de imagen como el ultrasonido, radiología o estudios más complejos o, si por el contrario, no hay necesidad de solicitar nuevos estudios o la evaluación por parte de otro especialista. Igualmente podrá realizar una serie de recomendaciones para que puedas mantenerte saludable.


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