Los ácidos grasos Omega 3 son sustancias que cada día cobran más importancia como herramienta para el tratamiento y prevención de diversas afecciones, en este sentido estudios recientes demuestran que además de ser beneficiosos para el corazón y el metabolismo son capaces de prevenir la aparición de la artrosis y diminuir síntomas asociados a la misma, en especial el dolor articular.
El Omega 3 es un tipo de grasa del tipo ácidos grasos, es una sustancia necesaria para el buen funcionamiento del organismo que debemos adquirir a través del consumo de alimentos que lo contengan ya que nuestro organismo no tiene la capacidad de producirlo.
Sus efectos beneficiosos se relacionan con su efecto sobre los vasos sanguíneos, en los que favorece su dilatación lo cual aumenta el aporte de oxigeno a los tejidos al tiempo que tiene efecto antiagregante plaquetario similar al de la aspirina por lo que evita que se formen trombos o coágulos como los que producen los infartos y los accidentes cerebrovasculares. Estos efectos contribuyen a disminuir además la presión arterial, que cuando se encuentra elevada es un importante factor de riesgo cardiovascular.
Efectos del omega 3 en las articulaciones
Los ácidos grasos omega 3 tienen importantes efectos sobre las articulaciones, entre los que destacan sus propiedades anti inflamatorias y su capacidad de detener el progreso de diversos tipos de artritis.
Su uso también se ha relacionado con la prevención de la aparición de la artrosis, principal enfermedad degenerativa articular, caracterizada por la lesión y desgaste progresivo del cartílago articular, lo cual se traduce en síntomas como el dolor que suele acompañarse por traquido y limitación para los movimientos.
Estos efectos benéficos no se limitan sólo a la artrosis, las personas que padecen artritis como la artritis reumatoidea también pueden experimentar mejoría del dolor y la inflamación al consumir omega 3, ya que este suplemento es capaz de retrasar la progresión de la enfermedad.
Los efectos anti inflamatorios del omega 3 se relacionan con su capacidad de disminuir la producción de moléculas del tipo leucotrieno, que son capaces de activar a los monocitos, células del sistema inmune capaces de desencadenar y mantener los procesos inflamatorios. Este efecto anti inflamatorio se relaciona con los beneficios que tienen estos ácidos grasos en personas con artrosis, relacionados con una disminución en la degradación del cartílago y su efecto modulador sobre la inflamación articular.
Otra vía por la que se benefician las articulaciones en por el efecto metabólico de estas grasas, que se relaciona con su capacidad de eliminar los efectos perjudiciales de la obesidad, que es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar artrosis.
Estos efectos son propios del tipo de ácido graso omega 3, otros omegas como el omega 6 tienen más bien efectos pro-inflamatorios por lo que no se recomienda su consumo.
En personas con artrosis se ha visto resultados superiores cuando se combina el consumo del omega 3 con sustancias como el sulfato de glucosamina y con cambios en el estilo de vida, especialmente el control del sobrepeso y la practica regular de actividad física aeróbica.
¿Cuál es la dosis de omega 3 recomendada?
La Asociación Americana del Corazón recomienda ingerir dos raciones semanales de pesado fresco ruco en omega 3 como el salmón, la trucha, la sardina o el atún blanco. Estas porciones deberían tener unos 100 gramos.
Los aceites del tipo omega también se encuentran en los frutos secos, principalmente las nueces, así como en las semillas de linaza. Estas últimas pueden molerse y agregarse a bebidas como los jugos y batidos.
Cuando se requieren dosis elevadas de omega 3, como en el caso de personas con enfermedades articulares que padecen de cardiopatías o tienen niveles elevados de colesterol y triglicéridos en la sangre, puede usarse suplementos que aportan 1000 mg de omega 3 en cada capsula, estas pueden tomarse de una a tres veces al día según la recomendación del médico.
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