La palabra Artritis se utiliza para hacer referencia a la presencia de dolor, aumento de volumen y
limitación para la movilización de las articulaciones; estos síntomas pueden ser debidos a muchas las causas, de allí que existan varios tipos de artritis.
La Artrosis es un tipo de artritis en la
cual el cartílago, que es un tejido que recubre a los huesos en los sitios
donde se unen entre sí, sufre un proceso degenerativo, esto origina una serie
de cambios en el hueso subyacente que dan lugar a la aparición de las
manifestaciones propias de esta enfermedad. La artrosis es entonces una enfermedad de la articulación y no del hueso como ocurre con la Osteoporosis.
La Artrosis
se relaciona directamente con procesos como el envejecimiento, siendo la
enfermedad más frecuente en el anciano, se estima que llega a alcanzar hasta un 80 de los mayores de 70 años. Esta enfermedad no es exclusiva de los ancianos, las personas adultas pueden padecerla como consecuencia de un traumatismo, obesidad, lesiones deportivas o en condiciones posteriores a cirugías como es el caso de la cirugía de meniscos de la rodilla.
En ella la capacidad de reparación del
daño producido al cartílago por factores como la carga dinámica de las
articulaciones y los traumatismos se encuentra francamente disminuida, el
envejecimiento afecta además a los principales elementos protectores de la
articulación como son los músculos y ligamentos que la rodean, los músculos
suelen atrofiarse y mientras que los ligamentos se distienden tornándose menos
capaces de absorber las distintas fuerzas que se generan sobre las
articulaciones.
Otro factor de gran importancia en el desarrollo de esta
enfermedad lo constituye la sobrecarga que acompaña a condiciones como el
sobrepeso y obesidad, especialmente en el caso de artrosis de columna
vertebral, cadera y rodilla.
El dolor
articular producido por artrosis se relaciona con la actividad física, suele
aparecer durante el movimiento o poco después de iniciar el mismo y tiende a
mejorar tras el reposo, en ocasiones puede acompañarse por rigidez de la
articulación al levantarse de pocos minutos
de duración.
En caso más avanzados aparece el traquido con la movilización de
la articulación e incluso puede presentarse cierto grado de deformidad
especialmente a nivel de las manos y las rodillas, en las primeras se producen unos engrosamientos en las articulaciones que reciben el nombre de Nódulos de Heberden y Nódulos de Bouchard (Artrosis de las manos).
El
tratamiento de la artrosis tiene como objeto aliviar el dolor y prevenir la
pérdida de la función física. Dado que la artrosis se relacionan directamente
con la presencia de factores mecánicos es importante disminuir la carga focal de
la articulación afectada, para ello es necesario evitar llevar a cabo
actividades que sobrecarguen la articulación, mejorar la condición física en
especial la fuerza de la musculatura regional y disminuir el peso corporal. En ocasiones se requiere del uso de elementos
que permiten redistribuir la carga, como el bastón la muleta o la andadera.
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