La palabra Fibromialgia significa
dolor en los músculos y tejidos fibrosos que conforman los ligamentos y
tendones, es una alteración de la salud aun poco comprendida, sin embargo sus
manifestaciones han dejado de ser consideradas parte de un cuadro psicógeno o
hipocondría para ser catalogada por la OMS como una enfermedad reumática.
La Fibromialgia afecta entre un 2
a un 6% de la población general, 7 de
cada 10 afectados son mujeres con edades comprendidas entre los 20 y 50 años,
sin embargo también puede presentarse en ancianos, existiendo estudios que
indican que se encuentra presente en aproximadamente un 7.4% de las mujeres entre
70 y 79 años, también ha sido descrita en niños con una incidencia mucho menor
en la población infantil. La mayor
incidencia en el sexo femenino suele explicarse por la presencia de tensión
emocional al llevar a cabo distintos roles de forma simultánea aunado a la
privación del sueño por factores como la formación académica, larga jornada
laboral o la crianza de los hijos, en especial niños pequeños.
Fibromialgia y Sistema Nervioso
En pacientes con Fibromialgia se
han evidenciado cambios en las sustancias químicas encargadas de regular el
funcionamiento del sistema nervioso, comúnmente conocidas como
Neurotransmisores, en especial los niveles de Serotonina y Sustancia P
transmisores implicados en la regulación de los procesos del estado anímico, dolor
y sueño no REM a nivel central, este ultimo cambio en la arquitectura del sueño
influye a su vez en la secreción de la Hormona de Crecimiento, lo que se
relaciona con la persistencia del dolor por periodos prolongados que presentan
las personas con Fibromialgia después de llevar a cabo actividad física como el
ejercicio.
Factores como el estrés
emocional, la presencia de otras enfermedades reumáticas o el antecedente de
traumatismos en el cuello, en especial el Síndrome de Latigazo Cervical, se
encuentran presentes en estos pacientes por lo que no puede descartarse que
tengan alguna influencia en la aparición de este trastorno.
Cómo se manifiesta esta
enfermedad
La Fibromialgia se reconoce por
la presencia de una triada clásica que incluye dolor muscular generalizado con
más de tres meses de evolución, alteraciones del sueño con cansancio diurno y un estado emocional que combina ansiedad con
depresión. Otros síntomas que pueden estar presentes son la rigidez muscular
predominantemente matutina al levantarse o tras periodos de inamovilidad o
reposo, molestias tipo hormigueo o hinchazón de las manos, sequedad ocular,
colon irritable y una mala tolerancia al esfuerzo manifestada como una
exacerbación del dolor tras la actividad física o los esfuerzos.
Ante estos síntomas el
diagnostico se confirma cuando al examen físico se evidencia dolor a la
palpación de 11 o más de 18 puntos específicos en tronco y miembros, siendo
frecuente el enrojecimiento de la piel posterior a su palpación. En ocasiones puede presentarse cuadros de
Fibromialgia con puntos dolorosos localizados en áreas anatómicas específicas,
como la columna cervical o la región
lumbar, estos casos suele denominarse Parafibromialgia.
Los estudios complementarios como
exámenes de laboratorio y estudios de imágenes como las radiografías y
resonancias magnéticas suelen reportar hallazgos dentro de límites normales en
estos pacientes, no existiendo ninguna prueba que confirme o corrobore este
diagnostico, sin embargo, estas se prescriben con el objeto de descartar otras
posibles causas de los síntomas en estos pacientes.
Entre un 25 a 30% de los
pacientes con Fibromialgia presentan alteraciones de la esfera mental siendo
las más comunes la ansiedad y la depresión.
Cómo deben ser tratadas las
personas con FIbromialgia
El enfoque terapéutico más
adecuado y eficaz para esta enfermedad se sustenta en un programa de
tratamiento multidisciplinario con la intervención de diversos especialistas en el área de terapia del dolor. El manejo del dolor de estos pacientes no es
fácil, por ser una enfermedad no inflamatoria los medicamentos analgésicos
antiinfamatorios no suelen brindar ningún alivio. El tratamiento farmacológico se sustenta
entonces en el uso de fármacos que modifiquen los cambios neuroquímicos implicados
en la aparición de esta enfermedad como es el caso de los antidepresivos, fármacos
neuromoduladores como la Pregabalina
y analgésicos opiodes como el Tramadol
pueden emplearse solos o en combinación ayudando a controlar eficazmente el
dolor.
Otro aspecto fundamental para
controlar el dolor, y por ende mejorar
la calidad de vida de estos pacientes, es la realización de un plan de
rehabilitación física basado en el
masaje miofascial y los estiramientos combinado con infiltraciones locales de
los puntos dolorosos. Una vez controlado
el dolor el paciente debe mantener una actividad física aeróbica de bajo
impacto de forma regular acompañada por una rutina de estiramientos y la puesta
en práctica de técnicas de relajación.
Un aspecto de gran importancia en
el tratamiento de la Fibromialgia es el adecuado manejo de los trastornos del
sueño, en nuestra práctica clínica hemos evidenciado que hasta que no se logra
mejorar la calidad del mismo no se obtiene el impacto deseado en la disminución
del dolor, al punto que la calidad del sueño se constituye en un marcador de la
calidad de manejo analgésico del paciente con Fibromialgia.
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Excelente blogs...
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